Por Mario Flores
Entre las referencias más notorias de la trama que envuelve y desenvuelve a Jugo, está la voluntad de instalar un mito distópico pero como si fuera una teoría literaria de conspiración paranoica. En los años que han pasado desde su primera edición, ¿volviste a leerla o a través de quiénes o qué hechos es que apareció la posibilidad de reinaugurar una lectura de la misma con una nueva impresión?
Creo que las oportunidades de las nuevas tecnologías me impulsaron a volver a presentar esta novela, lograr que el objeto libro sea lo más amable posible con el lector. Por otra parte, con los cincuenta años, también me vinieron ganas de dejar ordenaditas las cosas, esto es, dejar Jugo con una edición impecable. Y hacer en un futuro cercano lo propio con dos novelas anteriores. También tengo la seguridad que trabajar Jugo con nuestra narradora María Lobo me permitió descubrir unas tuercas que ajustándolas la hacían funcionar mejor, la exprimian más, por así decirlo.
Cuando oportunamente se dan las reediciones de libros que han estado un considerable tiempo fuera de catálogo, volver a mantenerla publicada tal novela es el paso primordial para que siga siendo, como aquellas canciones, en plataformas para lecturas del presente. Cualquiera sea el estadío de ese presente. ¿Qué faltas o riesgos corren estos libros que se "rescatan", suele decirse, con o sin variaciones, en relación a la idea de publicar exclusivamente novedades y, tal vez, novedades forzadas?
Contextualicemos: lo hermoso de que en estas tierras no esté consolidado el campo literario (que aún ningún escritor no pueda vivir de su producción literaria) es que se puede experimentar tranquilamente. Como las grandes potencias que pueden tirar bombas atómicas en los desiertos. Hace diez años salió Jugo, con 500 ejemplares. También me encontraba en la doble condición de autor y responsable de la editorial que lo hacía. Me dio grandes alegrías y trabajo, en el sentido que como vendedor de libros me fue bien. Pero pasó algo maravilloso, no sabría anticipar por qué, sí puedo decir que creo que es una característica original con respecto al protagonista, impulsó a muchos lectores a expresarse en Facebook (rey absoluto de las redes en esos años) sobre la novela. Quizás ese sea el mayor riesgo, si sigue provocando o no esa necesidad de expresarse. Por otra parte, y hablando de los rescates en general que hacemos desde la editorial La Papa, la imagen que tengo es de una noche oscura por donde pasan reflectores desde torres de vigilancia. A veces, los libros quedan iluminados por unos instantes, esta nota por ejemplo, y vuelven a la oscuridad hasta que son nuevamente alcanzados por un nuevo haz de luz.
¿Cómo crees que tiene esta novela la oportunidad de dialogar con otros títulos de un sello como La Papa? Ya que su reedición aparece en un contexto donde ya hay cierto público lector, y otros títulos de tu autoría, como Pasar el Infiernillo, ¿habrá allí la posibilidad de entender y releer nexos con el resto de tu obra?
Jugo es anterior a Pasar el Infiernillo, que también fue editada por La papa. En las dos, encuentro la pausa y el intento de lo poético en los sueños que intercalan el discurrir o el andar del protagonista. Sin dudas, Pasar el Infiernillo fue escrita pensando en que había escrito Jugo. Posterior a Jugo está también El diario de pablo, que aquí claramente el clima es el de los sueños, o el de la contemplación con pequeñas pinceladas de acción. Con los demás títulos de la editorial espero que se acomode bien, que los coleccionistas le encuentren un buen lugar en la biblioteca. Está dentro de la colección “Trazo” que, sumada a la colección “Narradoras”, va pintando la obra de nuestra generación. Ya que estamos con imágenes, cada título nuevo de La papa me lo imagino como una piedra que se va agregando a la apacheta, ese lugar sagrado al costado del camino. No hay diálogo, es una asamblea.
Presentación: 2 de septiembre. ¿Qué se avecina en el terreno no inhóspito y aún así atomizado de las presentaciones de libros en una ciudad como San Miguel y cómo te gusta plantear estas ocasiones que, encima al ser una reedición, tal vez hay más lecturas previas del texto? Pregunto con respecto a hacerlo en una librería también, ¿qué considerás que esta novela tiene para decir en público en un año en que seguramente no han faltado narrativas de novedad?.
Tengo mis cosas con las presentaciones de libros. De hecho, hice una con mi primer libro en la década del noventa y nunca más. A Jugo no lo presenté por lo que es válido hacerlo ahora. Coincidió con un acuerdo para exhibir nuestros libros en la librería El libro de oro, nos pareció una buena manera de empezar. Además tiene un piano y lo va a utilizar el conjunto de jazz Natural Trío. Lo planteo como una oportunidad de tener uno de esos días mágicos, celebrar también el haber llegado a la publicación de más de treinta libros con la editorial, que es ingresar a una nueva manera de entenderla. Estará Verónica Barbero, una gran narradora tucumana, buscando algunas cosas lindas para decir de mi libro y gente querida que me saludará. Verle la cara de orgullo a mi mamá, sólo por verle la cara de orgullo a mi mamá, volvería a organizar otra presentación.